¿Sabías que el amor propio transforma tu vida y te prepara para dar amor a los demás?
Hola, querido lector:
Quiero compartirte una experiencia que ha marcado un antes y un después en mi vida. Al retomar los conversatorios en la Asociación a la que pertenezco (RED CAMVI) , comprendí que nada sucede por casualidad. Los momentos cruciales y las oportunidades siempre están presentes, solo debemos aprender a reconocerlos y aprovecharlos, sobre todo cuando nos impulsan a dar lo mejor de nosotros mismos.
El jueves pasado abordamos un tema que me inspira profundamente: “Amor propio y empoderamiento”. Reflexionar sobre ello me motiva a seguir aprendiendo cada día más. Desde mi perspectiva, el amor propio puede entenderse así:
Es aceptar y valorar lo que eres; es tomar decisiones difíciles para alejar lo que no te hace bien; es abrazar tus heridas y decirte: “aun con esto, merezco lo mejor”. Es rodearte de personas que estén alineadas contigo, pero también reconocer que la mejor compañía siempre será la tuya. Es respeto, cuidado y gratitud hacia ti mismo. En pocas palabras: es cultivar la relación más importante de tu vida, la que tienes contigo.
La ponente de la charla nos compartió los principales elementos del amor propio, que quiero describirte brevemente:
•Autoconocimiento: observarte con honestidad y sin juicios, reconociendo quién eres realmente (pensamientos, emociones, fortalezas, debilidades, valores y creencias).
•Autoaceptación: mirarte sin críticas constantes ni exigencias imposibles; respetarte y valorarte tal como eres, con virtudes, errores y aciertos.
•Autocuidado: acciones constantes para tu bienestar físico, mental, emocional y espiritual; ocuparte de ti con responsabilidad y cariño.
•Autovaloración: reconocer tus cualidades y cultivarlas día a día a través de la reflexión, el cuidado personal, la gratitud, las relaciones que nutren y los momentos de disfrute.
•Límites saludables: aprender a decir “no” con amor y respeto, priorizando tus necesidades sin sentir culpa.
Te invito a seguir explorando estos temas, porque alimentan lo más esencial de nuestro trayecto de vida. Estoy convencida de que nacimos para amar desde la plenitud: sin comparaciones, sin angustias, sin sacrificios desmedidos. Y para lograrlo, primero debemos enamorarnos de nosotros mismos; solo así podremos convertirnos en nuestra mejor versión.
Quiero dejarte una frase que considero valiosa para reflexionar:
“No debemos lamentarnos por lo que hicimos, sino por lo que no hicimos”.
Una enseñanza que muchas personas expresan en la etapa final de sus vidas y que nos recuerda la importancia de vivir plenamente, aquí y ahora.
Con cariño,
Kenia Chilaca Blanca
Tu asesora de confianza.
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