¿SABÍAS QUE EL COEFICIENTE DE GINI MIDE LA DESIGUALDAD EN LA DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO DE UNA POBLACIÓN, PAÍS O REGIÓN?
En la columna anterior te mencioné que, para enfrentar la inflación y cubrir los crecientes costos de los programas sociales, el gobierno recurre a dos mecanismos estrechamente relacionados y que, con el tiempo, pueden generar graves consecuencias:
1. El incremento considerable de la deuda pública.
2. La recaudación intensiva de impuestos mediante procesos de fiscalización cada vez más estrictos, que incluso llegan a criminalizar a los propios contribuyentes que sostienen la economía del país.
Dentro de este contexto, el coeficiente de Gini es una herramienta estadística que permite medir la desigualdad en la distribución del ingreso. Su escala va de 0 a 1, donde 0 representa igualdad perfecta y 1 desigualdad absoluta. Esta medida también facilita la comparación entre distintas regiones.
Lamentablemente, América Latina se mantiene como una de las regiones con mayor desigualdad, y México no es la excepción, a pesar de los esfuerzos del gobierno por disminuirla mediante apoyos sociales y un incremento significativo en el salario mínimo.
Sin embargo, es importante reflexionar: ningún programa social puede reducir la desigualdad de fondo si el país enfrenta altos niveles de corrupción y desatención en áreas fundamentales para un desarrollo sostenible, como la educación, la seguridad y la salud, cuyos presupuestos han sido recortados de manera preocupante.
Bajo este escenario, las buenas intenciones difícilmente se reflejan en una disminución de la pobreza. Aunque se otorguen apoyos sociales, la inflación supera estos ingresos y el poder adquisitivo de las familias se vuelve cada vez más limitado.
A ello se suman las consecuencias visibles en los rubros clave:
Educación:
El enfoque educativo actual ha reducido la calidad y las expectativas de aprendizaje. Las mentes brillantes carecen de suficiente apoyo, y la infraestructura escolar no logra ofrecer espacios dignos para nuestros estudiantes.
Seguridad:
La estrategia vigente ha resultado insuficiente. Vivimos con temor, y las movilizaciones recientes no son actos de inconformidad gratuita, sino exigencias legítimas por resultados que garanticen la paz que todo ciudadano merece.
Salud:
La realidad es contundente: miles de ciudadanos expresan su frustración al no recibir atención digna y oportuna. Muchos pierden a sus seres queridos por la falta de calidad en los servicios de salud, y otros se ven obligados a acudir a instituciones privadas que dañan gravemente la economía familiar.
Desafortunadamente, para el gobierno actual la prioridad parece ser la entrega de programas sociales que aseguren permanencia política y generen dependencia económica y emocional entre los beneficiarios.
Vivimos en un país lleno de “otros datos”, al grado de que el propio gobierno ha terminado por creer sus propias afirmaciones, aplicando aquella célebre frase heredada por su mentor:
“Una mentira repetida mil veces se convierte en verdad.”
Como siempre, dejo este análisis a tu reflexión personal. Estas columnas se construyen con base en investigación y tienen como objetivo que siempre estés bien informado.
Con cariño,
Tu asesora de confianza,
C.P.T. Kenia Chilaca Blanca S&C
Citas: 2224042099 y 2223617820
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